Cómo escribir criterios de aceptación claros y efectivos

En el desarrollo de software, los criterios de aceptación son esenciales para garantizar que todos los perfiles involucrados —desde equipos de desarrollo hasta stakeholders— estén alineados sobre qué debe lograrse con una funcionalidad o historia de usuario. Sin criterios claros, surgen problemas como malentendidos, creación de desperdicio y fricciones entre equipos, lo que afecta la productividad y la calidad del producto.

Por ello, en nuestro más reciente Lean Coffee, Jordi Grados, Rita Teixeira y Mauro Chojrin, todos Software Craftspeople en Codurance, se reunieron para compartir ideas sobre cómo crear (o modificar) criterios de aceptación efectivos. Su enfoque se centró en convertirlos en una guía objetiva que facilite medir el éxito, eliminar ambigüedades y garantizar que el valor entregado esté alineado con las expectativas de los stakeholders.

¿Qué son los criterios de aceptación?

Los criterios de aceptación son condiciones específicas y objetivas que deben cumplirse para que una funcionalidad, historia de usuario o requerimiento sea considerado completo. Actúan como una brújula para los equipos de desarrollo, asegurando que todos comprendan lo que se espera y cómo medir si se ha cumplido. Son la clave para alinear expectativas entre desarrollo, producto y stakeholders.

Importantancia de definir criterios de aceptación claros

Cuando los criterios de aceptación no están bien definidos, se generan múltiples problemas que impactan negativamente en los equipos y en el proyecto. Estas son algunas de las consecuencias que comparten nuestros craftspeople:

  • Ambigüedad y frustración: Los equipos de desarrollo enfrentan incertidumbre al no saber si lo entregado cumple con las expectativas, lo que, a su vez, puede generar fricciones con los stakeholders.
  • Dinámicas improductivas: Se pierde tiempo valioso intentando aclarar requisitos mal definidos, lo que retrasa el progreso hasta alcanzar un “momento eureka” en el que finalmente se comprende el objetivo del criterio.
  • Desconexión con el valor a generar: Sin claridad, los equipos de desarrollo no comprenden el objetivo real de lo que se les pide, dificultando la entrega de valor tangible al usuario.

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Errores comunes al definir criterios de aceptación

A lo largo de su trayectoria, nuestros craftspeople han identificado varios errores comunes en la definición de criterios de aceptación que terminan perjudicando el proyecto. Entre los más frecuentes, destacan:

  1. Falta de claridad: La ambigüedad lleva a que los equipos se pierdan en supuestos o malentendidos.
  2. Sobre-definición: Detallar en exceso también puede limitar la creatividad y la flexibilidad del equipo.
  3. Falta de escucha activa: No cuestionar ni validar lo que se comunica puede derivar en criterios incompletos o mal entendidos.
  4. Ausencia de objetividad: Si no es posible decir claramente si algo se ha cumplido o no, el criterio no es funcional.

Saber identificar y evitar estos fallos es crucial para garantizar que los equipos trabajen de forma alineada y eficiente. En este sentido, lograr que los criterios sean claros, objetivos y funcionales para guiar al equipo hacia el éxito exige un enfoque consciente y colaborativo. Para ello, puedes implementar prácticas como las siguientes:

  • Escucha activa: Haz preguntas como “¿Esto significa que...?” o “¿Tenemos el mismo entendimiento sobre...?” para garantizar un entendimiento claro y compartido.
  • Mentalidad crítica: Pregunta a ti mismo y a tu equipo si el criterio está lo suficientemente claro como para que cualquiera pueda entenderlo.
  • Definir lo que NO se quiere: A veces, es más fácil identificar el resultado indeseado para luego convertirlo en algo positivo y accionable.

Métodos para crear criterios de aceptación claros: La técnica de ''los tres amigos"

Una de las prácticas más efectivas para mejorar los criterios de aceptación es la dinámica conocida como "Los tres amigos". Esta consiste en reunir a tres perfiles clave, como pueden ser producto, QA y desarrollo, para trabajar de manera conjunta en la revisión, discusión y refinamiento de los criterios desde el inicio. Al integrar estas perspectivas, se logra una visión más completa y alineada, lo que reduce errores y mejora la calidad del resultado final.

Entre los principales beneficios de esta dinámica se encuentran la riqueza de perspectivas, ya que cada rol aporta un enfoque único que minimiza la subjetividad y llena posibles vacíos de información. Además, fomenta la alineación de expectativas, asegurando que todos los involucrados comprendan qué se espera y cómo medir el éxito. Por último, mejora significativamente la claridad, disminuyendo la probabilidad de ambigüedades en los criterios de aceptación.

Nota: Si no es posible reunir a los tres perfiles, busca obtener feedback de diferentes perspectivas de manera iterativa.

Cómo iterar y redefinir criterios de aceptación mal definidos

Si descubres que los criterios de aceptación iniciales no son funcionales, estos pasos pueden ayudarte a re-definirlos:

  1. Revisión objetiva: Pregunta si los criterios reflejan el valor que se busca entregar.
  2. Creación de tests: Un buen criterio debe permitir escribir pruebas que confirmen si la funcionalidad cumple o no con los objetivos.
  3. Reunión de los tres amigos: Si no se realizó antes, agenda esta dinámica para iterar sobre los criterios existentes.
  4. Uso de la negación: Pide a los stakeholders que definan lo que no quieren, y usa esta información para identificar lo que sí se debe lograr.

Pro tip: Se debe ser pragmático. Asegúrate de tener la información necesaria para empezar y refina los detalles a medida que avances.

Conclusión

Escribir criterios de aceptación efectivos es una habilidad clave para evitar malentendidos, mejorar la productividad del equipo y entregar valor real al usuario. Con dinámicas como la de “los tres amigos” y una mentalidad crítica, puedes garantizar que tus criterios sean claros, objetivos y funcionales. Así que recuerda siempre validar y, si es necesario, redefinir los criterios a lo largo del desarrollo.

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